domingo, 27 de diciembre de 2009

Un buen anuncio

Si de algo me quejo en los últimos tiempos es de la maldita caja tonta. Pero mira tú por donde, hay un anuncio que me ha gustado. Aplaudo la creatividad de los señores de Frenadol por sus tres campañas. La más facilona es la del marido que se queda en casa y fantasea con los mimitos de la niñera. Tiene un toque gracioso cuando aparece la suegra.

Una divertida es la de las pastillas efervescentes que esperan en el tubito a que llegue su turno.

Pero la mejor es la que pongo a continuación. Me recuerda a los cartelitos del metro en los que aparecen poemas o fragmentos de libro. En fin, una reflexión tonta :)


martes, 22 de diciembre de 2009

Avatar

Es curioso. La primera expresión que me viene a la cabeza es "no tengo palabras", pero estoy pensando en un post tan, taaaan extenso... Intentaré sintetizar (y no destripar nada, para aquellos que, fortuitamente, habéis llegado a leer esto).

Esta tarde he ido al cine. Avatar ha sido la elegida, claro... el taquillazo del momento. Esperaba disfrutar, esperaba una película buena, esperaba unos efectos especiales brutales. Pero todo lo que esperaba no llegó, porque sus hermanos mayores llegaron antes y les hicieron sombra. ¡Menuda película! Ha superado mis espectativas de una forma increíblemente positiva, por muchas, muchas razones. Tengo la sensación de haber estado en Pandora, tengo unas ganas locas de aprender la lengua de los NA'Vi.

Una buena película, por dar una definición tremendamente objetiva, es aquella que te da lo que esperas de ella. Bajo esta premisa, cualquiera puede ser una buena película, pero me da la sensación de que Avatar es algo más de lo que esperas ver. Es (en cierto modo) lo que necesitas ver. En 160 minutos he sido testigo de muchas cosas. Empiezo:

CINEMATOGRÁFICAMENTE: He visto el futuro. Un cine sin actores, pero con personajes vivos. Por primera vez, los ojos de las criaturas me han dicho algo, sus sonrisas me han enternecido, sus lágrimas me han dado pena, sus gritos me han alarmado... He visto personas hechas por ordenador, seres humanos cuyas células se han sustituido por píxeles.

TEMÁTICAMENTE: No nos vamos a engañar. Es una película para niños de 7 años, y la historia no puede ser demasiado complicada. Un poquito de El Último Samurai, un poquito de Pocahontas, y voilá. Lo bonito de esta película es que sí, el tema quizá está trillado, pero no el modo de tratarlo. Se dejan ver muchos rasgos de culturas humanas en los alienígenas (rasgos africanos, orientales, nórdicos), pero tienen una filosofía propia cuidada al detalle. Veremos cómo entierran a sus muertos, veremos el proceso de aprendizaje de los pequeños, y un sin fin de minucias que harán de la historia un hecho creíble. Tema tradicional, sí, pero entre sábanas de seda, mimado con suma cautela.

LINGÜÍSTICAMENTE: ¡Un idioma! Han creado un idioma para la película, y es alucinante. Me pareció detectar algo de japonés, algo de chino e incluso algo de lenguas africanas (parece que los gritos que pegan sirven para comunicarse, como si del silbogomero se tratase). Resulta un idioma más interesante que el élfico o el klingon por varios motivos que no expondré para no aburrir a un posible lector. Solo puedo decir que tengo muchas, muchas ganas de que una gramática NA'Vi caiga en mis manos.

En fin, que en general, es una película muy, muy interesante. Los valores que potencia son muchos de los que yo tengo arraigados. ¡Ah! Y algo muy importante: no aparecen banderas ni símbolos de ninguna clase. Los "yankis" a lo mejor no lo son, pero no es lo importante. Muy recomendada.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Onomatopeyas


¡Qué pasada! Gracias a la actividad de esta semana en el blog del curso (http://holaquetalcurso.wordpress.com/), me he encontrado con esta web:

http://www.bzzzpeek.com/#

Recuerdo cuando hablaba con una amiga alemana sobre el ladrido de los perros y la forma más verosímil de representarlo fonéticamente. Bueno, pues ahora podemos ver lo que los seres menos influenciados del mundo (los niños) opinan al respecto. No me extiendo mucho. Solo quiero llamar la atención sobre el hecho de que, al parecer, las serpientes de Japón tienen aparato fonador. ¡Investiguen!

Rubén

sábado, 28 de noviembre de 2009

Mi nuevo heroe


Sé que prometí intentar no caer en la rutina de comentar sistemáticamente obras de teatro, películas, libros, conciertos o demás muestras de cultura. De un tiempo a esta parte, esto parece más la guía del ocio que un blog (por lo de la cultura y porque no lo lee nadie, vaya). Pero es que tengo que hablaros de mi nuevo heroe. Os pongo en antecedentes.

Cada cierto tiempo, a uno le llueve (sí, como caído del cielo) un personaje, un carácter. Me pasó de pequeño con Jack Skellington, "the Pumpking King", señor de la ciudad de Halloween y momentaneo usurpador de la Navidad. Un poco más adelante, en una etapa ciertamente oscura de mi vida, apareció Haplo, el solitario, sabedor de que la compañía es, a la larga, una carga, un lastre del que hay que prescindir. Y hoy, esta noche, ha aparecido otra figura que ha marcado un momento importante (sí, un antes y un después) en mi vida. Y es un super-héroe.

Por supuesto, si algo permanece de estos personajes (ya véis, apenas tres a lo largo de mi vida, muy corta aún por lo demás), es por un hecho muy concreto: aparecieron en el momento adecuado. Me dieron lo que necesitaba cuando lo necesité, y por eso les estaré siempre agradecido. ¿Qué me ha dado Dominic Matei? Para empezar, he de decir que sí, es un super héroe con todas las de la ley. Un mutante que perfectamente podría pertenecer a la patrulla X. Pero no, no pertenece a la factoría Marvel/Disney, ni a DC, ni a ningún contubernio americano. No es producto de la mente de un nipón, de ojos exagerados y pretensiones redundantes. Tampoco es uno de aquellos machos hispanos a los que estuvimos acostumbrados de jóvenes. Es rumano. De un pueblecito llamado Pietra Neamt.

Lo he conocido gracias a Francis Ford Copolla y su película "Youth without youth", no estrenada en España (gracias a Dios, no ha habido oportunidad de arruinarla con el doblaje, pues resulta especialmente importante en este caso); no obstante, originalmente, nació en un libro de la mano de Mircea Eliade. No quiero desvelar la trama de la historia (aunque muero de ganas por comentarla con alguien). Baste decir que el protagonista (mi héroe) es un profesor de lingüística rumano obsesionado con el estudio de la lengua primigenia, la protolengua. Ya en su vejez, en su senilidad, cuando parece que todo está perdido y la pesadez ha caído sobre él, es alcanzado por un rayo, y más de un millón de voltios recorren su cuerpo de arriba abajo. Gracias a (o por culpa de) esto, recupera su juventud, y... :).

No he podido evitar recordar la trama de El Diablo Mundo esproncediano, aunque la premisa es un poco diferente. En el poema, el anciano no quiere morir y se resiste a ello. En la película de Coppola... bueno. La cosa cambia. Solo me resta comentar que el papel de Dominic está brillantemente encarnado por un Tim Roth pletórico, alucinante. Todo un peliculón que merece la pena ser visto y que, en breve, imagino, adquiriré gracias a las glorias de Amazon :).

Y sale Matt Damon.

lunes, 16 de noviembre de 2009

De hablar y no saber


Me da mucha rabia cuando una persona habla peyorativamente de algo sin tener conocimiento (siquiera relativo) sobre el tema. Por supuesto, cuando se trata de una entrevista para el periódico, gran parte de la culpa recae sobre el periodista, quien, sin duda, busca el comentario provocador.

Me refiero ahora a la entrevista que apareció ayer en El País al genial dibujante de cómic, Moebius (Jean Giraud). Resulta una lectura interesantísima, sin duda, y es una entrevista en cierto modo interesantísima y reveladora para los que no hemos tenido oportunidad de acercarnos más a la vida y obra de este autor, ya consagrado.

No obstante, comencé la lectura de la misma ya mosqueado por el titular que el redactor había elegido, que dice así:

El 'manga' es una plaga.

Mal. Muy mal. Las líneas de la página están plagadas de frases interesantes. Las preguntas de Israel Punzano han sido acertadas, sin duda. Pero llega el final de la entrevista, y han de dejarse ver los instintos:

"Lo que parece seguro es que a este ritmo dentro de poco estaremos todos leyendo manga. El éxito del cómic japonés entre los jóvenes no presagia nada bueno para los autores europeos."

Una pregunta periodística, lo primero, no debería ser tan parcial. Mal por el periodista. Pero muy mal también por Moebius (a quien admiro, pese a todo) por la respuesta que da:

"El manga es una plaga (se la deja en bandeja a nuestro amigo Israel). La invasión ha sido total, como demuestra las cuotas de mercado que ha conseguido. Es una epidemia. Me recuerda a lo sucedido con las abejas de la Amazonia que suben hasta Norteamérica y matan a las especies autóctonas. En Francia, los camarones han desaparecido porque echaron en neustras augas una especie foránea que acabó con ellos. Los nuevos también están buenos, por no son los mismos... Tienen un acento espantoso. El problema es que el manga llega a Europa, pero el cómic europeo no va a Japón. Eso es lo injusto."

La última frase es maravillosa, aparte de cierta, y en esa línea debería haber ido su disertación. Pero no es así, y se dedica a difamar sobre un género que, en fin, no difiere tanto del cómic europeo. El problema es que el señor Moebius piensa que por "cómic europeo" tenemos que entender Blueberry, tenemos que entender el Capitán Trueno, Spirou y Fantasio, Tintín... pero no. Hay muchos bodrios en el inventario europeo, así como en el japonés. Si lo que llega a nosotros es Naruto, Dragon Ball, One Piece o estupideces de ese estilo, es problema de quien se deja embaucar por la dinámica agresiva y la estética impactante. Pero el trabajo de un dibujante de cómic es (o debería ser) explorar, interesarse, y jamás, jamás, criticar tan libremente un género completo sin ahondar un poco.

Lea Akira, señor Giraud. Lea Monster, o 20th Century Boys. Es solo un consejo de quien aboga por una opinión más abierta.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Tonterías

“El elemento crítico para afrontar los cambios son las personas”, afirmó Ángel Cano en su primera intervención ante el equipo directivo como consejero delegado del Grupo.

Esto es lo que me encuentro cuando enciendo el ordenador de la oficina nada más llegar. Y la pregunta que salta a mi cabeza es la siguiente:

Si no son las personas, ¿quién va a afrontar los cambios?

¿Los escritorios de la oficina? ¿Las fregonas de los de la limpieza? Es como aquel político que un día soltó por la televisión, con gesto muy serio, que esta crisis iba a marcar un antes y un después en la vida política. Y el resto de gente de la tertulia, con cara también muy seria, asentía.

Y digo yo. Hay que tener los cojones muy grandes para hacer una aseveración como esta. Ahora mismo, este post, está marcando un antes y un después.

Para decir estupideces, mejor quedarse en casa.

viernes, 30 de octubre de 2009

Claroscuros


Jo, hay tantas cosas de las que hablar... y últimamente tengo tan poco tiempo... Pero creo que lo más lógico es ceñirme a lo que ahora mismo me embarga, que es una mezcla exrtaña de sentimientos.

Empiezo por los negativos. Estoy triste, porque hoy es mi último día de trabajo en el Instituto Cervantes. A partir del lunes iremos todos (el equipo pedagógico) a un edificio estéril de la Avenida de Manoteras, uno de esos espacios hipermodernos de los que tanto se oye hablar hoy en día. No es feo, en absoluto. Es cómodo, agradable, hay un buen ambiente de trabajo, y las instalaciones son modernas. Pero no está la Cibeles enfrente. No está a tres pasos de la puerta del sol, ni iremos a tomar el café a los bares de Chueca. No cogeré el 28, pasaré por la Puerta de Alcalá, bajaré hasta Recoletos y caminaré por la Gran Vía al llegar. Se acabó. Y es realmente una pena, porque estar en el Cervantes tiene considerables ventajas. Así que hoy hemos comprado pastelitos, patatas, bebida y demás para despedirnos de los que han sido compañeros durante un mes en mi caso, durante dos años en el caso de mis compañeras, y entonar un "Adiós" como se merece a este encantado lugar.

Pero bueno, no nos pongamos tristes. Hoy también es un día alegre. En primer lugar, tengo instalado (¡ya!) Windows 7. Funciona bien, estoy contento con su rendimiento, pero es pronto para hacer una evaluación sesuda. Esperemos un tiempo. El motivo de mi alegría es que llevo esperando el 30 de octubre desde hace ya mucho tiempo, porque hoy... ¡¡estrenan Mi Vecino Totoro en cines!! De verdad, estoy desbordado de ilusión... este mismo domingo iré a verla (en VOS, claro... en primer lugar porque es mejor, en segundo lugar porque solo la dan en este formato en los cines de Madrid).

Si a esto le sumamos que ha salido ya a la venta el último trabajo de Hayao Miyazaki (ya sabéis, la enternecedora Ponyo Sobre el Acantilado), la alegría es desbordante. Para los que no conozcáis el cine del Estudio Ghibli, creo que no hay mejor manera de acercarse a él que la película que hoy se estrena en cines. Luego podéis acercaros a los megaéxitos (El Viaje de Chihiro, La Princesa Mononoke), y si os convence, pasar a otras películas igualmente de culto (Cuentos de Terramar, dirigda por el hijo de Hayao, Goro Miyazaki, o La Pequeña Niki, La Tumba de las Luciérnagas, El Castillo Ambulante, Nausicaä del Valle del Viento...).

Francamente, espero que hagan esto con todos los títulos de Ghibli. Creo que me suena haber leído en alguna parte que, efectivamente, están reeditando los mencionados filmes (y algunos más) para su venta en DVD. Y esta sí que es una maravillosa noticia que merece ser celebrada.

lunes, 19 de octubre de 2009

El ser humano es idiota





Siento ser tan duro en el título de mi entrada, pero no me queda otro remedio que decirlo así. Y lo ilustro.

Odio el pescado. Con toda mi alma, es una comida que no soporto. ¿Todo el pescado? No, desde luego. Adoro la sepia, los calamares, paso con el lenguado, la merluza, y algo más por ahí. ¿Qué tienen en común estos peces?

QUE NO TIENEN ESPINAS

Por el amor de lo que consideréis Dios, ¿en qué momento decidimos que introducirnos en la boca un alimento potencialmente mortal era siquiera factible? ¿Cuándo nos volvimos completamente locos? No lo sé, pero nadie se lo plantea ya por ese miedo al cambio que ha arraigado en los corazones de los hombres. ¿No lo veis? Una espina mal tragada, una pequeño fragmento de queratina de pez, y adiós. O no, pero desde luego un mal rato pasas.

No me limito a la alimentación, desde luego. También somos el único animal lo suficientemente estúpido como para levantarse a las 6 de la mañana y con la visión aún nublada, coger una cuchilla y pasarla alegremente por nuestro cuello. ¿¿¿ESTAMOS LOCOS???

Todos somos un Sweeney en potencia.

La memoria de los sonidos


Se dice que la gente privada de algún sentido desarrolla en extremo los otros, logrando así la adaptación al medio de una forma diferente. Esto podría explicar, por ejemplo, el diferente comportamiento que mostramos los seres humanos hacia hechos similares de la vida cotidiana: si bien es cierto que no todos nos vemos privados de algún sentido (yo sí), todos somos sensibles en más o menos grado con según qué partes de nuestro cuerpo.

Gente con mucho olfato pero con un oído terrible, o hiper sensibles al taco incapaces de distinguir los pasteles de fresa de las enchiladas mejicanas, o incapaces de distinguir las letras de la pizarra pero con el don de arrancar de una guitarra los sonidos más hermosos con una sola pasada de oído. El mundo de los sentidos es algo maravilloso.

No voy a hablar hoy de mi carencia de olfato. Hoy me voy a referir al oído, ese alucinante sentido plagado de recuerdos. Me he despertado hoy a las 5:00 AM, medio ahogado en mi propia sangre (desagradable, sí, pero las cosas como son), y ya no he podido dormir de nuevo. Así pues, he decidido levantarme y darle alimento a los sentidos, empezando por el que, en mi caso, es primordial: el oído.

He encendido el ordenador y he conectado mi música (muy bien organizadita, por cierto, estoy orgulloso de lo bonita que me está quedando mi carpetita de música ^^). A lo mejor es la hora que es, que me hace hipersensible a cualqueir estímulo, pero cada canción, cada uno de los temas que estoy escuchando me trae recuerdos. Voy a intentar transmitiros, con tres canciones y los ojos cerrados, el recuerdo que sugiere:

1.- Kaze Wo Atsumete // Happy Ending --> Tokyo. Recuerdo el frío que hacía en las mañanas soleadas de diciembre. Caminaba por las calles de altos rascacielos, con rumbo a la Torre de Tokyo (imposible perderse ante la pirámide rojiblanca que se alza en el cada vez más cercano horizonte). Al llegar, al pie de la colosal estructura, las familias se divertían. Al llegar al primer nivel, una cafetería. Un café caliente, una silla, y, de repente, uno de los momentos más bonitos de mi vida: un pequeño grupo de música tranquila, suave, comienza a tocar en un escenario semi-improvisado, mientras nosotros, pequeñas hormiguitas, dominamos la vista de una de las ciudades más titánicas del mundo. Es mi momento, soy yo y estoy aquí.

2.- For Now // Avenue Q --> Real como la vida misma. Palabras duras, contundentes, pero cariñosas y cálidas. Recuerdo las mañanas en Cerdanyola, saliendo de casa (de casa) para ir a la universidad. El sol empieza a dejarse ver entre los edificios, y maldita sea, he vuelto a perder el autobús. No pasa nada. Vivo en la realidad, no tiene sentido que luche contra ella. Libro, vaho y música. Espera, tranquilo... no hay prisa. Don't stress, relax, let life roll off your backs... Qué razón tienen.

3.- FRUITS CANDY // Card Captor Sakura OST --> Otro tiempo. ¡Qué pequeño e ingenuo era! Contento con poca cosa, un par de cómics al mes, la música de mis series favoritas, pilas de CDs que completen mi estantería... Era otro tiempo. Pasión por las reuniones de "frikis", emoción exacerbada ante la inminente llegada del acto en cuestión. Creía que era mi mundo, que era mi vida. Dentro de poco sabré que hay algo más, mejor o peor, pero algo más. Y no me hará falta sustituir nada, sino completar. Completar mi vida.

Seguro que a todos os ha pasado. Es la memoria de los sonidos. Si alguna vez olvidáis algo, asociadlo a una melodía y escuchadla. Lo que nosotros olvidamos, ellos lo recuerdan perfectamente.

viernes, 16 de octubre de 2009

Malditos Bastardos


Cine, cine y más cine. Me encanta el cine = ) El pasado domingo fui a ver Malditos Bastardos al Kinépolis (lo digo porque es un dato importante... no he visto cines más cómodos aún). ¿Qué decir sobre el último opus de Tarantino? Ha sido una película que desde el principio ha despertado sentimientos contradictorios en mí. La primera vez que oí hablar de ella, mi posición fue reculadora y de rechazo. Escuchar el nombre de Tarantino no es para mí garantía de éxito... Kill Bill no me parece la maravilla que se suele comentar, Pulp Fiction me gustó y, en fin, su estilo me asusta un poco (por que no sé con qué me puedo encontrar, básicamente).

Un poco más adelante escuché el nombre de nuestro rubio menguante, Brad Pitt. "Tarantino y Pitt"... extraño. Muy extraño. Tarantino no es un hombre que contrate a guaperas así por que sí. Volví a creer en el título. Más adelante, otro dato: Segunda Guerra Mundial. Uf, estoy harto de lacrimógenos holocáusticos, niños con pijamas de rayas y sentimentalismo impresionoide. Nuevo bajón. Pero es Tarantino... no perdamos la fe.

Por último, el dato que me devolvió del todo la fe: el mata nazis. Si contraponemos este personaje a su antítesis en la película, Ars Landa, el resultado es explosivo, tenso. Maravillosamente trazada con un formato al que el director nos tiene acostumbrados (división en capítulos aparentemente discordes hasta que, finalmente, todo se une en una perfecta vorágine de acción y sangre), no decepcionará.

La Banda Sonora, desde luego, merece un lugar especial. Escogida, pareciera, al detalle, buscando transmitir exactamente lo que transmite. Una película, en definitiva, interesante, divertida, larga y recomendada. ¡Todos al cine!

martes, 13 de octubre de 2009

Jugamos con tus sueños


Primero empezaron por evaluar tonterías de la vida cotidiana que a todos nos interesan por el puro morbo de ver cómo somos mejores que otros. Parejas destrozadas en la Media Naranja, batacazos colosales en el Juego de la Oca, rupertas recelosas en 1, 2, 3, juegos de mesa en Cifras y Letras...

Más adelante, pasaron al vil metal, y ofrecieron dinero contante y sonante al que, bravo guerrero, se arriesgaba a quedar por tonto frente a la caja idem. Fue la época de ¿Quiere ser millonario?, Allá tú, o Money, money. Esta última etapa ha sido la más longeva en nuestros televisores, sin duda.

Pero de un tiempo a esta parte las cosas están cambiando. Los concursos ya no comienzan ofreciendo cero euros al concursante, planteándole el reto de ganar dinero con sus buenas o malas acciones, sino que se estila empear ofreciendo un máximo para ir restando euros ante la inutilidad del que, ingenuo, se somete a la telaraña televisiva. Este planteamiento resulta patético en el sentido más literal de la palabra, mostrando a todo el mundo el sentimiento real del que, ante una pifia, ve reducido su botín a la mitad, a la cuarta parte, al diez por ciento...

Por si esto fuera poco, cada vez más, los presentadores se empeñan en hacer "algo personal" de todo.

Presentador: Piénsalo bien, María Antonieta. La puerta que elijas será decisiva.

María Antonieta (apesadumbrada por haber perdido 50.000 euros que ni siquiera tenía antes de empezar el programa): sí, ya... bueno... elijo la... puerta... dos.

P: ¿Seguro? Piensa en tu hipoteca, María Antonieta.

MA (ojos brillantes de lágrimas, labio titubeante): Sí, ya...

P: Toma, mira, lee a todo el mundo lo que escribiste en tu carta de petición al programa.

MA (cara de pánico, de terror ante las palabras que la identificarán como una más de los simples mortales): No, si yo no...

P (sonriente, mirada humillante): Venga, venga, si ya sabes que cuando firmaste con nosotros nos concediste pleno derecho a humillarte (risa malévola que bien podría pasar por burla).

MA (resignada, ya): Ya, bueno... (lee): "quiero participar en el programa porque tengo una hipoteca del cojón que pagar y porque me llueven las deudas. Tengo que alimentar a mis tres hijos y no tengo ni para comprar platos de verdad".

P (al espectador): Así es, qué triste, ¿verdad? Así que tenemos que elegir bien la puerta para que te lleves mucho dinero y puedas cumplir todos tus sueños, que yo lo quiero de verdad.

MA: Bueno, pues entonces dígame en qué puerta está el dinero.

P (sonriendo mucho, mucho): Aaaaay, qué cosas tienes, María Antonieta. Sabes que yo lo haría, mujer. Lo que pasa es que igual me despiden, y cobrando diez veces más por programa de lo que vosotros os lleváis, no me merece la pena. Bueno, necesito que elijas una puerta, porque ya te hemos humillado bastante y va a empezar el siguiente concurso. ¿Te quedas con la dos? ¿Sí? ¿La dos? ¿Es la dos tu elección? ¿Lo crees de verdad? ¿Dos? ¿Dos? ¿2?

MA: Sí, bueno... para qué cambiar, ¿no?

P: Jajaja, claaaaro, mejor ir a por la primera corazonada y darnos tiempo así a manipular el contenido de las puertas. Pues vamos a abrir la puerta número dos, y...

María Antonieta aguanta la respiración mientras se caga en la familia del presentador. La puerta se abre, blanca, vacía. María Antonieta acaba de perder 120.000 euros que nunca habían sido suyos, y la pérdida ha sido considerablemente dolorosa.

Más tarde, María Antonieta volverá a su casa y se dará cuenta de que, en realidad, no ha perdido nada más que un poco de dignididad al rebajarse de esa manera ante medio mundo.

La moraleja es que no dejéis nunca que nadie juegue con vuestros sueños. Si tenéis uno, asentadlo sobre una base de veracidad y posibilidades y decoradlo con los azares de la fortuna que, de vez en cuando, sonríen a los que trabajan con esmero.

Imagen extraída de Deviantart

domingo, 11 de octubre de 2009

¡Lost en Flashforward!



Hay algo que siempre me ha maravillado, y es el mundo de las referencias. Los guiños, los homenajes, los plagios incluso, tienen una fascinante atracción que obliga al pasivo espectador a adoptar un papel totalmente activo en una trama que puede llegar a tornarse aburrida.

No es el caso, no obstante. En mitad del primer capítulo de la serie Flashforward, de reciente aparición en nuestro país, me he encontrado con un pequeño guiño a los que uno se acostumbra después de haber visto cinco capítulos de Perdidos:



¡Oceanic Airlines! ¡Ahí, en el centro de la pantalla, entre el coche y el puente! Vislumbrando el reparto, uno ya se hace a la idea de lo que está ocurriendo. Aparece Penny en el papel de Olivia, Charlie, por ejemplo... Pero ver ese cartelito de Oceanic Airlines me ha dado un susto interesante.

Por lo demás, la serie (habiendo visto de momento 13 minutos) parece interesante. La trama, al menos, está bien planteada: en un momento dado, toda la humanidad (toda, al completo) se desmaya durante un par de minutos. Durante ese tiempo, muchos de ellos tienen visiones del futuro, un futuro inquietante, peligroso, mientras que otros (pilotos de avión, pacientes en plena operación, deportistas de riesgo, conductores, nadadores) mueren por el desmayo durante su actividad.

En el tiempo que llevo de serie, he podido notar ciertas cosas que no diré por si resulta que estoy en lo cierto y le desvelo a alguien algo que no quiere saber. Pero si resulta ser cierto, ha sido todo demasiado predecible, jeje.

Ya haré otra reseña cuando tenga una opinión más formada. De momento, os invito a opinar. ¡Salud!

lunes, 5 de octubre de 2009

España en las series



Me ha hecho gracia. Viendo el capítulo cuatro de una serie que se llama "Lie to me" ("Miénteme" en castellano), ha resultado que el protagonista hablaba sobre las expresiones de ira y odio. El tercero de los ejemplos que da es de un separatista vasco que se sube a un autobús con no sé cuantos kilos de explosivos en el pecho.

Más allá de lo macabro que resulta, es interesante ver una serie en la que se aportan ejemplos de la vida real. Por si alguien no la ha visto, decir que la serie trata de un experto en microexpresiones, capaz de averiguar los sentimientos de una persona por los movimientos involuntarios de su cuerpo. Sí, vale, algo más dentro de la fantasía científica que parece envolver a las series en los últimos tiempos. Pero interesante, como digo, ya que aporta ejemplos reales.

No podemos dejar de mencionar, por supuesto, el increíble papel de Tim Roth como protagonista. Desde Reservoir Dogs, este hombre me encanta, y no desmerece en absoluto aunque se haya rodeado de la parafernalia serística hollywoodiense.

En fin, si no hay nada mejor, siempre se puede uno asomar a la serie. No está mal.

sábado, 3 de octubre de 2009

Y ganó Río


Son las cosas de la vida. Madrid ha vuelto a no ganar las olimpiadas de la forma más bochornosa posible: en segundo lugar. Y, francamente, me alegro de que se las hayan dado a Río de Janeiro... a ellos les hace mucha más falta que a nosotros, por mucho que vayamos a ser el único país que no salga de la crisis en el 2010. Me alegro de que sean en Río, también, porque por 2016 no sé si estaré en Tokyo o en Madrid, pero no me apetecía tener este plan en ninguno de los dos sitios... ya estuve en las del 92 de Barcelona y he tenido suficiente por un tiempo.

Espero, simplemente, que nuestro alcalde deje los sueños y se ponga de una vez a lo que importa, que es a arreglar Madrid para la gente, y no para un ente olímpico que, al fin y al cabo, no depende de los autobuses en hora punta. Y una vez tengamos un Madrid que enseñar al mundo, entonces sí. Ahora no hacen falta corazonadas. Ahora hacen falta acciones reales.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Yo no soy tonto


Cachondos, los de esta famosa multinacional de productos tecnológicos. Una imágen irónica, ¿no os parece?

viernes, 18 de septiembre de 2009

Cinco minutos


Eso es lo que he durado delante de la caja tonta viendo le undécima edición de ese vómito televisivo llamado Gran Hermano. Cinco minutos. Me han entrado náuseas, mareos, y una súbita y profunda tristeza por lo que se está haciendo desde la televisión a la educación en este país. Y me hierve la sangre. No puedo más que remontarme a mi entrada del otro día, la relacionada con el cargo de "autoridad pública" a los maestros. ¿Es realmente necesario? ¿Es esa la educación que queremos para nuestros hijos? Desde aquí, desde donde nadie me oye, lanzo una llamada a la sensatez.

Pretendemos imponer mano dura en las aulas cuando la televisión nos está bombardeando con insubordinación, deshonra, y, sobre todo, falta de disciplina. Hay estudios que demuestran que las señales mezcladas confunden y alienan a las mentes jóvenes, que no saben separar los conceptos. Hace falta disciplina en la juventud, una disciplina que no se consigue en Gran Hermano, ni en Pekín Express, ni en Saber y Ganar tampoco, ojo. Y no la van a encontrar en esa manipuladora que espolea a los concursantes.

Estoy triste... y desesperado por no poder hacer nada al respecto. Pero puedo asegurar una cosa a las dos personas que con suerte leerán estas palabras: como decía aquel de Ítaca, "yo soy nadie". Y nadie podrá cambiar las cosas. Os lo aseguro.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Francia aprueba la ley antipiratería


Lejos de mi intención fomentar estereotipos negativos acerca de una sociedad. Soy tolerante como el que más, pero a estos franceses... Es pa darles hasta en el DNI, si es que gastan de eso. ¿Pues no me aprueban una ley que sancionará a los internautas por descargar material cultural de Internet? No voy a pasar a discutir lo absurdo que es condenar a alguien por estas cosas... pero sí me apetece comentar lo absurdo de la condena en sí.


¿Cárcel? ¿Multa? ¿Deportación? Nada de eso. Al francesito que le dé por bajarse el último tema de Bisbal se le enviará un correo electrónico avisándole. "Cht, caca, eso no se hace". Si, además, quiere descargar en su ordenador el último vídeo-clip de Paulina Rubio, se le enviará una carta certificada. "Oye, que te hemos dicho que no se hace eso, ya". Si el francesito en cuestión tiene la irrefrenable necesidad de ver el último exitazo de taquilla, la cosa se pondrá "seria": una sanción variable (de un mes a un año) sin Internet. "Niño malo, te dije que eso no se hacía". Y digo yo, ¿es esto castigo? ¿Cómo diablos lo harán? ¿Conocen los términos "IP Dinámica", "darse de baja", "dos ordenadores en casa" o "cortafuegos"? ¿O es que aún funcionan con ordenadores 486 y módems de 56 kbps? Estos franceses... Hecha la ley, hecha la trampa, dicen, y la ley es tan absurda en este caso que la trampa será igualmente simple.


Solo espero que nuestra querida península que hace las veces de pie de una Europa cada vez más plural no coja ejemplo. Imaginad que nadie puede descargar música, o películas. Imaginad que no hay manera de compartir la cultura. ¿Qué comería Ramoncín? ¿Qué sería de la SGAE? Pobres...

martes, 15 de septiembre de 2009

Se acerca el invierno...


Es tan sencillo esgrimir el lema de los Stark en esta época... Pero creo que es hoy un buen día para hacerlo. Esta mañana ha hecho frío (no fresco, no, frío, con todas las letras), las carreteras y los buses han comenzado a llenarse de púberes, prepúberes y no-tan-púberes-ya que comienzan con su quehacer rutinario, y, por supuesto, los políticos han vuelto de vacaciones. Así que los titulares se pueblan, una vez más, de esos titulares que alimentan los blogs como este. El que me ha llamado la atención hoy es el siguiente:


Madrid dará al maestro rango de autoridad pública


Bravo, Esperanza, bravo. Cuando uno piensa que no puedes hacer más chorradas, consigues sorprendernos a todos. Para quien esté leyendo, hay que decir que el mencionado rango otorga a los profesores un estátus ventajoso. De primeras, otorga al profesor la presunción de veracidad. ¿Qué significa esto? Que todos los incompetentes que pueblan los institutos y colegios tendrán razón, se oponga quien se oponga. Cobrarán más, por supuesto, y un delito contra ellos estará tipificado por lo Penal.


Abran los ojos, por favor, y dense cuenta de que el peligro no está en las aulas. La educación en el hogar debería ser prioritaria, enseñar a los padres a enseñar a sus hijos si es necesario. Y dejarnos de ciudadanía y estupideces de ese estilo, que solo sirven para distraer al alumno de lo que realmente importa académicamente. Si hay que dar más autoridad a un centro, no es esta la línea que hay que seguir. Están consiguiendo implantar, poco a poco, un estado policial en las aulas. Del miedo no nace nada bueno.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Kröd Mandoon y la espada de fuego llameante


De vez en cuando, por azares del destino, te encuentras con una serie interesante. Una de esas producciones pequeñas que, sin demasiadas pretensiones, te arranca una carcajada y te deja con ganas de más, sin llegar a sobrecargarte. Es el caso de Kröd Mandoon and the flaming sword of fire, una comedia de seis capítulos de 20 minutos cada uno en la que se narran las aventuras de Kröd, un atípico héroe que pertenece a la Resistencia, un movimiento en contra del tirano Dongalor, interpretado por un magnífico Matt Lucas. Y este fue el origen de todo. El calvito de Little Britain despertó mi curiosidad al saber que iba a participar en la próxima versión de Alicia en el País de las Maravillas, capitaneada por Tim Burton, y quise ver algo suyo.

Ninguno de los actores desmerece, desde la atractiva ninfómana Aneka hasta el mayordomo arrastrado de Dongalor, Barnabus, pero resultó toda una sorpresa encontrarme con Gimli entre el elenco de actores. Efectivamente, John Rhys-Davies tiene un pequeño e interesante papel en la pequeña producción. Recomiendo encarecidamente echarle un ojo. Me ha recordado brevemente a una serie de dibujos que se llamaba Dave el Bárbaro, con la que me reía mucho. Así que, si estáis hartos de tanta mega producción de infinitas temporadas y queréis disfrutar con algo ligero, nada mejor que las aventuras de Krod y su espada llameante de fuego.

jueves, 10 de septiembre de 2009

descuidero, ra.

Hola de nuevo. Soy Kotoba. El otro día, paseando por la Gran Vía de Madrid, encontré una palabra muy curiosa, que me llamó la atención:

descuidero.

El contexto no dejaba lugar a dudas. Se trataba de un cajero electrónico, en la calle, rodeado de carteles en los que se podía leer la frase "ATENCIÓN, NIÑOS DESCUIDEROS". Me pareció una sublime y extraña forma de contracción de la palabra "descuidar". Siguiendo la línea flexiva de la palabra, si alguien que se aprovecha de un descuido es un descuidero, alguien que se aprovecha de un complejo (por ejemplo), ¿será un complejero?. El diccionario me dice que no.

En fin, seguiré buscando palabras y construcciones extrañas. Cada vez tengo más cosas que aprender...

martes, 8 de septiembre de 2009

A quien madruga... patá en los cojones

Poco a poco voy descubriendo que llegar temprano al trabajo no es tan malo como puede parecer a primera vista. Aún no hay nadie por aquí cuando yo llego, y eso me da bastante libertad. Por ejemplo, ahora estoy escribiendo esta entrada con un café de máquina a 30 céntimos, buscando noticias en internet para tener algo que comentar (algo de actualidad, y no solo lo que viene siendo mi vida).

¿Y qué me encuentro buscando noticias? Un titular como el que sigue:

EUROPA APUESTA POR DIGITALIZAR EN GOOGLE BOOK RESPETANDO LOS DERECHOS DE AUTOR.

Bueno, es una alegría, la verdad. No comprendo por qué las editoriales no se bajan de la burra e intentan dar salida a un mercado que va a llegar, sí o sí, y que está llamando a nuestra puerta desde hace ya mucho tiempo. Por supuesto, detrás de todo esto están las grandes defensoras de los derechos de la propiedad intelectual (el intelecto no pertenece a NADIE, y menos a Ramoncín), que en ardua batalla contra el maldito pirata, vela por los intereses y seguridades del creador. ¿Qué os parece? En EEUU, los autores de libros que permiten su digitalización, perciben el 63% del total de ingresos que su obra genera. Pongamos un caso práctico.

Fulanito de Vega escribe un libro. Resulta que tiene tirón porque habla de vampiros que solo beben sangre de marsopas hembra en plena situación menstrual, y el libro sale a la venta, en papel, a un precio exorbitado: 25 euros. Ahora, elimina papel, tinta, impresoras, cierta cantidad de mano de obra como distribuidores, vendedores y demás, añade un par de correctores y traductores que hagan el trabajo BIEN y vuelve a sacar un precio interesante para el mercado: 15 euros en formato PDF.

Si las cuentas me han salido bien, por cada venta, el autor reibirá casi nueve euros y medio. Suponiendo una venta internacional de gran tirada, de la que se han vendido "cienes y cienes" de copias (pongamos, 70 millones, como Crepúsculo), hace un total para el autor de...

665 MILLONES DE EUROS

Evidentemente, no hace falta ser tan drásticos. Nadie quiere tanto dinero (¿verdad?). Pongamos un sueldo suficiente para vivir bien: 4500 euros al mes. Escribiendo un libro cada dos años, implicaría ganar 108000 euros con la venta de ese libro. Postulando el planteamiento anterior (libro en PDF a 15 euros, o incluso a 10 euros, seamos humildes), de cada libro sacaría 6.3 euros. Para llegar a los 108000 deseados, debería vender un total de 17143 copias.

Es algo bastante aceptable, la verdad.

domingo, 6 de septiembre de 2009

¡Una eñe!



¡Qué cosas! Viendo uno de los últimos episodios de la temporada 20 de Los Simpsons (del cual hablaré más adelante) se me ha ocurrido hacer click derecho con mi ratón sobre la pantalla de mi reproductor de vídeo coreano, y menuda sorpresa me he llevado. Resulta que una de las teclas que el programa usa como método abreviado es, ni más ni menos que... ¡la eñe! Nuestra querida ene geminada simplificada aparece, muy curiosamente.

Recuerdo que, de pequeño, quería crear un lenguaje informático más sencillo, más efectivo, y con eñe, para desbancar el imperialismo americano y obligar a los de más allá del charco a comprar teclados con la letra del sombrerito. Eso fue antes, desde luego, de conocer la palabra "compatibilidad" y "adaptación", así que me imagino que eso será lo que pasará aquí. Una compatibilidad con alguna tecla extraña del extraño teclado coreano. No me imagino a los coreanos pulsando cinco teclas para introducir un comando abreviado.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Bienvenidos a Spamalot

La oferta cultural de una ciudad como Madrid es impresionante, pero ya tenía yo ganas de echarle el lazo concretamente a esta obra: SPAMALOT, una adaptación musical de la obra de los Monthy Python Los Caballeros de la Mesa Cuadrada. La película es brillante, destilando un humor que solo los Python son capaces de crear (y que no llega, todo hay que decirlo, al nivel de La Vida de Brian). Cuando escuché, hace ya unos años, que se estaba haciendo una adaptación musical, tuve mis recelos. ¿Canciones? Sí, en la peli salen un par de ellas, pero con todo, me pareció arriesgado. No puedo más que subrayar mi error.

El musical es divertido hasta la lágrima, con actores considerablemente buenos (un aplauso especial a Lancelot, interpretado por el genial Charlie de La Tira, Fernando Gil). La voz de la Dama del Lago es espectacular, nacida de una artista cuyo nombre ya vaticinaba un futuro de fantasía: Dulcinea Juárez. Divertidos Patsy, ser Robin, Bedevere... todos y cada uno de ellos, desde la madre de Galahad hasta el mismísimo Dios, pasando por el Rey Arturo, las chicas del lago (las Lakers) y el maravilloso cuerpo de baile. Muy recomendado.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Por qué Madrid no es Berlín


Amo esta ciudad. Me encanta Madrid, eso lo sabe todo el que me conozca un poco. Sin embargo, soy de los que opinan que las personas que conforman una ciudad pueden llegar a corromper el espíritu de la ciudad como ente (sí, creo en la vida de la ciudad al margen de gobiernos y demás, igual que creo en la vida de las palabras).

He viajado bastante (menos de lo que quisiera, desde luego), y, comparando, en España estamos muy a la zaga. En Tokyo, por ejemplo, la seguridad en las calles era tal que podías dejar la maleta en la calle sin que nadie la tocara. Me comentaba un amigo que en cierta ocasión, se dejó en el metro una mochila con una cámara digital carísima, y después de dos horas, después de haber dado el metro la vuelta completa, la mochila seguía allí, intacta, en el mismo sitio en el que él la había dejado.

En Berlín, por lo que he visto y José me ha contado, la gente no comete tampoco este tipo de actos (siempre hay manzanas podridas, en todas partes, pero la regla general impera). ¿Por qué? Pues por que no tiene la necesidad de ello. No les hace falta. A la hora de cometer un crímen, los contras deberían superar con creces a los pros, pero parece que en este país sale a cuenta arriesgar el cuello por sacar tajada de cualqueir parte. Pero, si nuestros políticos roban y salen indemnes, ¿cómo no vamos a intentarlo nosotros, obrerillos de a pie? La corrupción ha tocado muchos palos de esta sociedad, demasiados, y es momento de empezar a limpiar la mierda (con perdón) que nos ahoga.

* Foto extraída de El País, edición del lunes 31 de agosto de 2009. El pie de foto dice "Al fondo de la imagen, dos jóvenes roban la bicicleta del fotógrafo en la esquina de Velázquez con Goya".

domingo, 30 de agosto de 2009

Las vacaciones se acaban

La sequía de noticias que asola el panorama televisivo durante los meses de estío es asombrosa. Se ve que las vacaciones son para todos por igual: asesinos, violadores, etarras, políticos, científicos, figuras culturales... Los únicos que no descansan son los de la SGAE, pero, como decía el bueno de Michael Ende, esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

El caso es que la mencionada sequía se acentúa según va avanzando el verano, encontrando desde hace algunos días apenas unas referencias al calor que hace (gracias televisión, ya no tengo que mirar por la ventana), a los incendias que asolan la otra punta del mundo y a las viejecitas que meten la cabeza en la fuente de la plaza. Hoy, 30 de agosto, los informativos han atacado con una nueva arma: la vuelta al trabajo. Se acaban las vacaciones, y parece que a los titiriteros de esta sociedad les interesa mostrar rostros taciturnos e injurias hacia un jefe sin nombre, jefe de todos, que, en algunos casos, seguramente lleva un par de días ya currando. Lo más gracioso es que el final del reportaje, invariablemente, muestra a un par de afortunados que comienzan sus vacaciones ahora, tal vez para potenciar aún más ese recelo, esa depresión post-vacacional (¡hasta le han puesto nombre!) que se asienta en las apesadumbradas mentes del pobre currito.

Francamente, después de ver lo que en este país significa "vacaciones", estamos mejor sentaditos en nuestro cubículo de oficina. Si alguno de vosotros ha seguido los noticieros durante este verano, se habrá dado cuenta de lo que digo: nos han dicho que tenemos que sentir compasión de un par de mendrugos que han sido lo suficientemente imbéciles como para ponerse delante de un toro; nos han guiado hacia las mejores discotecas donde poder enseñar las tetas; nos han mostrado las delicias de las mejores playas del país. Pero ahora se acabó todo eso, y volvemos al trabajo. Y la depresión no es por eso. El problema es que asociamos la vuelta al trabajo a otras cosas. Volvemos a la corrupción política, volvemos a los atentados, volvemos a los malos tratos, volvemos a Gran Hermano, volvemos a toda la mierda que respiramos aquí.

No lo digo con desprecio, conste. Pero el tiempo pondrá a todos en su sitio, imagino (espero). El curso comienza en breve, y yo me he preparado de sobra para no sufrir esa depresión post-vacacional de la que hablan (qué peligroso es ponerle nombre a las cosas). Y os animo a todos, que las cosas no son tan malas. Todo es, como dice Joey, "a moo point"


Me presento


¡Hola a todos! Mi nombre es Kotoba. Sí... bueno, es raro, lo sé. Pero he tenido que decidirme por este término. Es japonés, y significa "palabra". Si tenéis que preguntarme, ciertamente no hay vocablo que pueda definirme mejor ahora mismo, pues eso es lo que soy: una palabra, sin más significado, significante o connotación. Nací hace poco tiempo, y aún no tengo forma definida ni entrada en diccionario alguno, y por eso es por lo que estoy aquí. Me han mandado encontrar mi sitio (así sin más, y me sueltan por las buenas), y decidí dar un paseo para ir haciéndome una idea de lo que me espera ahí fuera. No conozco a todas mis hermanas... no todo lo bien que debería, al menos. Supongo que podría empezar por ahí.

Por suerte o por desgracia, me ha tocado una época en la que la tecnología es vasta (y en ocasiones basta), y la información viaja a una velocidad impresionante. Como yo aún no tengo forma ni sustancia, no lo tengo tan fácil para transportarme por vías como internet, ni siquiera puedo ser pronunciada por humanos... es un poco descorazonador. Haré todo lo que esté en mi mano para crecer y ser una buena palabra. Sin más, de momento, me despido.

A todos, un saludo.

Kotoba.